Los meses de julio y agosto hemos estado navegando entre los cientos de islas de la costa Croata. Empezamos nuestros periplos y los hemos acabado en Dubrovnik, pero el resto de los viajes han tenido origen y final en Trogir, cerca de Split. Cada ocho días hemos vuelto a esta ciudad medieval habiendo realizado un recorrido por las islas y la costa del norte de Dalmacia. Cada viaje ha sido diferente, en función de la meteorología y las preferencias de cada tripulación, pero hemos podido cumplir siempre con el programa del viaje, navegado mucho a vela y pasarlo muy bien.

Este verano ha sido un poco complicado meteorológicamente hablando. No hemos tenido el clásico pantano barométrico canicular, con vientos térmicos diurnos y poco más. Las depresiones y los frentes fríos han ido cruzando el centro Europa con regularidad semanal. Ante el frente el viento rolava en Sur Este y Sur Oeste (el «Yugo» la llaman aquí), teníamos un día de tiempo inseguro con el paso del frente (calima, chubascos dispersos y truenos) y después entraba el «Bora» (el temido viento del norte en el Adriático, pero en versión benévola), con cielos radiantes y bajada de las temperaturas. Una vez habituados a este régimen sólo ha sido necesario adecuar el recorrido en la meteo … «Nema problema»

Desde Trogir normalmente zarpábamos hacia la bahía de Stupica, en la isla de Zirje donde hacíamos el primer baño y la excursión a la fortaleza bizantina con unas vistas espléndidas. Al día siguiente navegábamos hacia el parque nacional de las islas Kornati, hemos podido disfrutar de impresionantes navegadas a vela maniobrando entre cientos de islas e islotes … y nos enfilábamos a alguno de los cerros de estas islas para poder captar el impresionante paisaje.

Una vez pasado el estrecho canal que separa Kornati de Lleve poníamos proa al sur hacia el grupo de islas en el oeste de Sibenik: Privic, Zlarin, Kakán, Kaprije … pequeñísimas, profusamente arboladas y con uno o dos aldeas de casas de piedra. Al día siguiente atravesábamos el estrecho que da entrada a Sibenik y remontabamos el río Krka hasta el bonito pueblo de Skradin … es impresionante fondear en un paisaje casi alpino, rodeados de cisnes y bañarnos en agua dulce!

En las últimas etapas del viaje volvíamos hacia las islas cercanas a Trogir (Malí o Veli Drvenik) o fondeàbamos en la estimada bahía de Vinišće.

Creemos y esperamos que todos los tripulantes del Onas, grandes y pequeños, hayan disfrutado tanto como nosotros de estos viajes.

En estos momentos estamos en Dubrovnik, a punto para iniciar la primera etapa del viaje de regreso a Barcelona