Ya hace un año que llegó este maldito virus, un año! Pensaba entonces que sería cuestión de semanas, pero estuvimos confinados toda la primavera, hasta que recuperamos lo que entonces querían llamar «nueva normalidad». Como la economía se iba a pique, pudimos navegar hasta octubre, muy pendientes de la situación sanitaria y firmes en la aplicación de las medidas de protección a bordo del velero Onas. En otoño llegó la anunciada segunda ola, seguida de una tímida apertura navideña y … vuelta a empezar … uffff … Ya hace un año y no se acaba. Hostia! Que harto estoy, las amarras me oprimen, me ahogo, la tercera ola no pasa !!!
Estos primeros meses del año han sido como para emigrar a Marte: la azucarada luna de miel de la humanidad con la ciencia se ha visto truncada por el miserable mercadeo global con las vacunas que finalmente se administrarán por riguroso orden patrimonial, a beneficio de las grandes corporaciones farmacéuticas. Los jueces han encerrado un cantante en prisión por decir que el rey es ladrón y pendón, la policía catalana ha sacado un ojo a una chica por protestar y dicen que quemar contenedores es violencia. Finalmente, hemos sufrido el enésimo embate, infructuoso,del estado español para dar por terminado el proceso de independencia de Catalunya y la extrema derecha se ha convertido en la cuarta fuerza en el parlamento. Qué vergüenza!
Nauticamente ha ido mejor. Dídac Costa ha terminado en una dignísima posición la Vendee Globe, la vuelta al mundo en solitario y sin escalas, la regata más dura del mundo. He tenido el placer de ser el jefe de su equipo técnico, el One Planet One Ocean, en la última fase de este proyecto y podemos estar orgullosos del trabajo realizado. Enhorabuena Dídac! Enhorabuena equipo !!. Hemos retomado los cursos de mantenimiento de embarcaciones con la FNOB (Fundació per a la navegació Oceànica de Barcelona) con un buen éxito de participación a pesar del confinamiento y las limitaciones. He aprovechado para seguir estudiando griego con Katerina y Iona (ευχαριστώ κορίτσια, gracias chicas, por vuestra paciencia) con la esperanza razonable de que en el 2022 podremos retomar los planes de cruzar el Mediterráneo hasta Constantinopla que tuvimos que abandonar el año pasado.
Desgraciadamente, estos últimos meses no he salido mucho a navegar. Al principio porque había que hacer trabajos de mantenimiento del velero, después porque ni el tiempo ni la situación eran favorables. Amarrado en el pantalán del puerto de Badalona, he escuchado cada mañana los datos sobre el coeficiente de transmisión, riesgo de rebrote, ingresos hospitalarios y defunciones con la esperanza de que mejorara la situación sanitaria y el Procicat anunciara un relajamiento de las medidas anticovid que nos permitiera navegar un poco más allá de la populosa, pero estrecha, comarca del Barcelonès… por fin, desde el lunes 15 de marzo podemos navegar por toda la costa catalana. Ya se empieza a oler a primavera, el día se alarga claramente, el viento de garbí sustituye las tramontanas invernales. Me es intolerable continuar amarrado.
¿Me acompañas?
Retomamos pues las salidas de fin de semana hacia el Maresme, la Costa Brava o el Garraf. En Semana Santa y el puente de mayo navegaremos hacia el norte hasta el cabo de Creus.Tenemos muchas ganas de hacer millas y de ir más lejos, el mes de junio proponemos dos travesías de catorce días a Córcega y Cerdeña. En la primera etapa cruzaremos el golfo de León hasta Marsella, anclaremos en las calas e islas más bonitas de la Provenza y recalaremos al norte de Córcega. Continuaremos hacia el sur navegando al pie de las impresionantes montañas de la costa oeste hasta el estrecho de Bonifacio, una de las mejores zonas para hacer crucero a vela del mundo y que conocemos muy bien. Acabaremos el viaje en Olbia, al norte de Cerdeña. En la siguiente etapa iremos hasta Tavolara, un lugar mágico con una historia excepcional, costearemos la desconocida costa oeste de Cerdeña y pasaremos unos días anclando en las calas salvajes del sur, las mejores de la isla. Desde Carloforte, encrucijada milenaria de las rutas mediterráneas, emprenderemos la larga travesía de vuelta hasta Maó y finalmente recalaremos en Pollença, en Mallorca. Como el año pasado, he elegido el Puerto de Pollença como base para navegar por las islas Baleares durante los meses de julio agosto y septiembre. El fondeadero es excelente, el puerto seguro y la bahía, rodeada de montañas, impresionante, encontramos todo lo que necesitamos para cada cambio de grupo: lavandería, supermercado, pescadería, ferreterías, tiendas de repuestos y está a sólo 40 minutos del aeropuerto de Palma y junto al Puerto de Alcudia, con ferrys diarios a Barcelona. Además, cuando realizamos la vuelta a Menorca, el destino más solicitada por los tripulantes del velero Onas, nos permite probar la experiencia de las travesías en alta mar y recordarnos que el velero no es un apartamento frente a la playa. Si ya conoces Menorca desde el mar y quieres hacer muchas más millas también proponemos la vuelta completa en Mallorca y Cabrera en una semana (es un viaje intenso, navegaremos cinco o seis horas cada día) o, si tienes más tiempo, hay dos opciones de catorce días para conocer más relajadamente las costas de Mallorca, Cabrera y Menorca o dar la vuelta a Mallorca, Cabrera y las Pitiüses. Este verano proponemos como novedad los «stages» de vela de una semana para grupos. Este es nuestro curso más completo en el que realizaremos un itinerario de alta mar enfrentándose a situaciones reales donde habrá que tomar muchas decisiones, hacer muchas maniobras y poner en práctica los conocimientos adquiridos, cuando las cosas van bien y cuando no van. Trabajaremos la navegación, seguridad, meteorología, motor, uso de la radio, el entorno del velero: el mar y el viento, trimado de velas, el spi y la navegación nocturna y con mal tiempo.