cumbre del Monte Guardabella, en la Ligúria

Pensábamos que el cambio de grupo en el puerto de St Laurent du Bar, cerca de Niza, sería

El Onas en San Remo

más complicado. No están muy acostumbrados a gestionar las necesidades de veleros transeúntes: lavandería urgente, supermercado cercano, gas, combustible, repuestos… sorprendentemente fue bastante fácil (el trabajo habitual, pero sin las dificultades añadidas «je suis desolee monsieur» a las que tan propensos son los puertos franceses).

La meteorología, sin embargo, no nos lo pondría tan fácil. Para los próximos días anunciaban un fuerte temporal en el Golfo de León, Provenza, Liguria y Córcega de hasta fuerza 9 …. Antes de que entrara navegamos hasta San Remo, ya en Italia, dejando atrás Mónaco y la Costa Azul.

La posible ventana meteorológica para atravesar hasta Córcega no se materializó y tuvimos que esperarnos unos días en esta hermosa ciudad de la «Riviera di ponente» donde nos sentimos muy bien acogidos y tomamos los primeros Spritz de la temporada. Salud !. Ya no nos sería posible ir a Córcega pero aprovechamos los días de espera para explorar algunos rincones de la Liguria como Génova o los bonitos pueblos de Cinque Terre y hicimos la excursión a la verdísima cima del Guardabella.

Finalmente zarpamos de madrugada de San Remo rumbo a las islas Toscanas. Aún con bastante viento y marejada que nos permitieron navegar muy rápidos en la primera mitad de la travesía, hasta que dejamos las altas montañas de Córcega, aun nevadas, por estribor, y el mar y el viento fueron calmando.

En la pequeña Capraia, a pesar de la llovizna de primera hora, nos animamos a hacer la excursión al «Monte de le Penne», el punto culminante de la isla, subiendo por las antiguas prisiones y las crestas de las montañas que rodean el pueblo con unas vistas fantásticas. Para mí esta es una de las excursiones más bonitas de las islas Toscanas.

A mediodía zarpamos hacia la Isla de Elba, aun con vientos moderado del norte que trasluchada a trasluchada nos llevaron hasta la bahía de

Capraia, monte delle Penne

Portoferraio, un pueblo típicamente Toscano con un bonito puerto fortificado construido por Cosimo di Medici.
El día siguiente navegamos a vela alrededor de la isla de Elba divisando en todo momento el Monte Capane, el pico más alto de la isla, que esta vez no hemos
podido subir. Después de la emocionante navegación, con bastante viento y maniobrando las velas al doblar cada cabo, fondeamos en la bahía de Lacona al sur de la isla donde disfrutaremos de un bonito atardecer y una espectacular fideuá, bravo Ana!
En la travesía hasta
El Giglio, isla tristemente famosa por el naufragio del Costa Concordia, también con viento del norte, persistente este mes de junio, que nos permitió izar el spinnaker. Encontramos amarre en el pequeño puerto y pudimos hacer la excursión al Castello por el camino viejo, muy bonita, y probar los vinos locales en el bar del pueblo recordando otros viajes y queridos tripulantes con los que compartimos buenos momentos en este mismo establecimiento.

Al día siguiente zarpamos temprano para tener tiempo de hacer una zambullida en las aguas turquesas de la Cala de Spalmatori (un topónimo bastante repetido en el Mediterrráneo occidental que hace referencia a pequeños astilleros o lugar donde se calafateaban las naves), en Gianutri, la más meridional de las Islas Toscanas, y continuar la navegación hasta Civittaveccchia. La penúltima etapa de este viaje antes de llegar a Ostia, el puerto de Roma. Una escala habitual en los viajes del Onas y donde nos encontramos como en casa.

Una vez hecha la limpieza, la colada y compras recibiremos una nueva tripulación con la que emprenderemos la última etapa de la travesía hasta Sicilia.